Los océanos se están quedando sin peces (Sobrepesca)

Nuestros ríos y océanos viven desde el siglo XX una gran problemática que afecta a la supervivencia de las especies que habitan en ellos: la sobre pesca. Ocurre cuando se captura una cantidad demasiado elevada de especies que pone en peligro su capacidad para restablecerse.

“En una sola generación, la actividad humana ha dañado gravemente el océano capturando peces más rápido de lo que pueden reproducirse, mientras destruye sus zonas de alimentación. Se necesitan cambios profundos para garantizar una vida marina abundante a las generaciones futuras”, dice Marco Lambertini, director de WWF Internacional

La sobre pesca supone una gran amenaza para la biodiversidad marina y el equilibrio ecológico. Los datos son preocupantes. Según la FAO, más del 80% de las reservas de peces de las que existen datos están explotadas al máximo. Otra cifra más que aporta Greenpeace: la abundancia de las poblaciones de grandes predadores como el bacalao, el atún y el pez espada ha disminuido un 90% por culpa de la sobre pesca. Si seguimos pescando al ritmo actual, los científicos estiman que en 2048 habrá desaparecido cualquier pez en el mar.

Esto no solo causa un gran problema ambiental también pone en riesgo la seguridad alimentaria humana está disminuyendo de forma preocupante en todo el mundo.

Un estudio realizado en 2015 por la ONG WWF de mamíferos marinos, aves, reptiles y peces muestra que las poblaciones se han reducido, como promedio, a la mitad a nivel mundial en las últimas cuatro décadas, llegando las poblaciones de algunos peces a disminuir 75%. Los últimos hallazgos suponen un problema para todas las naciones, especialmente para quienes habitan en países en vías de desarrollo, como Colombia.

“Se está haciendo una presión sin precedentes sobre nuestros mares en Latino américa. Extraemos de ellos más atunes, jureles y sardinas de lo que es sostenible, afectamos complejos ecosistemas y paisajes marinos como nuestros manglares y corales, y contaminamos sus aguas”, dijo Roberto Troya, director de WWF Latinoamérica y el Caribe.

Nuestros mares son vulnerables y sensibles y un cambio importante y repentino del número de ejemplares de una especie puede ejercer una gran presión en su medio ecológico y un cambio en el equilibrio de los océanos, e incluso en la cadena alimentaria de otras especies. La pesca ilegal o la pesca de arrastre de profundidad son dos grandes problemas que aumentan la sobre explotación del mundo marino. En el último caso, hablamos de una técnica de pesca insostenible muy destructiva: las grandes redes de estos buques arrastran el fondo oceánico destrozando y atrapando todo a su paso. De lo capturado, entre el 30% y el 60% corresponde a especies que se han pescado de forma accidental. Todo se tira por la borda.

Aunque la naciones están creando áreas marinas protegidas y están acordando acciones para la solución de esta problemática la verdad es que estos compromisos no son suficiente para ayudar a la problemática “La buena noticia es que existen soluciones y sabemos lo que hay que hacer. El océano es un recurso renovable que puede abastecer a las generaciones futuras si abordamos estas presiones de forma efectiva”, dijo Lambertini, director de la ONG internacional.

Pero es responsabilidad de todos ayudar Como consumidores, podemos adoptar medidas de consumo para disminuir la sobre pesca. Organizaciones como Ecologistas en Acción y ‘Sin Mala Espina’ han publicado la Guía de Consumo Responsable de Pescado y Marisco para ayudar al consumidor a evitar los productos que no estén debidamente etiquetados o cuya captura esté asociada a un mayor impacto ambiental y social. Por su parte, Greenpeace pide a los consumidores que exijan a los supermercados que desarrollen una política de compra sostenible de productos pesqueros y que no consuman especies pesqueras de su lista roja. La salud de nuestros océanos está en juego.

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